jueves, 21 de diciembre de 2017

Entre el coleccionismo y ser cartonero

Navidad está a la vuelta de la esquina y como cada año el consumismo se avecina peligrosamente. Este es el tema de hoy, la delgada línea entre coleccionar algo y solo acumular cosas a lo bruto. Saben que soy una lectora apasionada, pero también soy una compradora compulsiva de libros y otras chacharas frikis. Hace poco me topé con un video que hablaba sobre este tema de acumular o coleccionar y al ver mis estanterías (con más de 300 libros) pensé en hablar un poco sobre lo fácil que es llenarse de cosas inservibles solo porque se ve bonito o por impulso.

Primero quisiera hablar sobre el coleccionismo o más bien sobre tener una colección. Hay quien busca tener una colección en plan “única” llena de cosas especiales por alguna razón y esto último es muy común entre los lectores. Hay muchos que buscan comprar todas las ediciones especiales que puedan y cosas por el estilo. En mi caso, yo no busco que mis estanterías sean necesariamente “especiales” o “únicas”, más bien que me gusten, que tengan libros que realmente me gusten aunque también admito que tengo varios libros que no he leído desde hace años pero la mayoría de esos están en una lista para donar, regalar o vender porque si ya llevan ahí más de 4 años y no lo he leído, como la ropa, no lo voy a hacer. Igualmente tengo libros que ya leí pero no me gustaron especialmente (sin llegar a odiarlos) y esos no me duele prestarlos o de plano regalarlos porque me dan igual si se quedan o no. 

Mis estanterías son especiales para mí porque trato que la mayoría de mis libros tengan un significado emocional para mí. Aunque admito que también tengo algunas ediciones especiales (sobre todo de libros que ya leí y me gustaron) solo por el gusto de tenerlos y admirarlos en mis estanterías, ya como un objeto del deseo que como una historia en sí misma. Sobre esto último me es un poco complicado entender a las personas que se dedican a conseguir todas las ediciones que puede de un libro en especial, el que sea, me da igual si es de un mega clásico de la literatura. Creo que llega un punto en que ya solo guardas libros y los dejas acumular polvo ahí. 


Hay gente que le cuesta mucho deshacerse de los libros que no le aportan nada, sobre todo por esto de me costaron un dinero y no lo voy a tirar así porque sí. Ok amigo pero ¿no crees que acumular también es una forma de tirar el dinero? digo si ya leíste esa historia y no te gusto especialmente ¿porque mantenerlo ahí? ¿O porque tener chingomil ediciones de un libro solo por tenerlas? Y que conste que yo tampoco soy una blanca paloma. Recién que conocí el mundillo de booktube fue como cuando fui por primera vez a una convención de anime: lo quería todo. Por aquellos años me compre muchos libros de los cuales algunos de plano me arrepiento o simplemente ahora (más de 3 años después) me doy cuenta que ni eran tan buenos, ni me gustaron tanto ni me aportaron nada a la vida así que con los años me vuelto más selectiva en que compro. Ya no cualquier libro entra en mis estanterías; aquí una pequeña anécdota, hace años yo iba a la librería a ver que encontraba, le llamaba ir de pesca. Veía todos los libros, leía sus reseñas y me llevaba el que me llamara la atención. Cuando conocí booktube esto casi desapareció pues tenía miles de recomendaciones diferentes sobre miles de libros. Esto puede ser abrumador y de algún modo me nublo un poco el juicio pues quería leerlo todo. Al paso de los años ya tengo mis canales de confianza y los demás solo los uso como escaparate de novedades para ver qué hay de nuevo por ahí.

Me gustaría hacer una acotación en esto del coleccionismo. Yo tengo como dos “estanterías” o más bien colecciones; la de los libros en general sin mucha clasificación de géneros o edad y otra que es solo de terror. Soy asidua a ese género y ahí si soy muy selectiva en que entra o no a mis estantes. De hecho es en esa “colección” donde tengo más libros sin leer porque muchos de ellos son de segunda mano, son joyitas que solo se encuentran una vez en la vida, son libros que sé que si no los compro cuando los veo ya no los voy a volver a ver. Otra de las razones es porque muchas de esas joyitas son libros no tan fáciles de leer, son historias que te exigen otro nivel como lector. En varios de ellos no me siento con ese callo para adentrarme a leerlos. Es por eso que algunos llevan años incluso ahí, esperando su momento. Esta si podría ser que es más una colección exclusiva. Porque en la otra la verdad me da igual si las ediciones combinan o no (que hay a quienes esto lo vuelve loco) si la edición es súper bonita o no, me interesa el contenido y en ese sentido no soy muy exigente en las ediciones a menos que sea una obra que me guste mucho.

El punto aquí es que la línea entre colección y acumulación es muy delgada y es fácil caer en el consumismo, en especial en estas fechas. Mi conclusión es traten de no comprar gilipolleces que no necesitan o realmente no les interesan tanto solo por comprar, no tiren el dinero a lo wey chicos. Más allá de si quieren tener una colección “exclusiva” piensen que acumular implica tirar el dinero igual que el deshacerse de algo que les costó algo. Así que, cuéntenme ¿ustedes acumulan o coleccionan algo? ¿Cómo evitan la trampa del consumismo tan presente en estas fechas? Espero sus respuestas en los comentarios, me despido y nos vemos la próxima vez. 


sábado, 9 de diciembre de 2017

Análisis-opinión Legend of Zelda: Breath of The Wild

Tengo que admitir que probablemente esta entrada va a ser la menos objetiva (si es que esto es realmente posible) de lo que va del blog, porque tengo que admitir que soy Zeldera de corazón; si bien entre un poco tarde a esta franquicia (y al mundillo de los videojuegos en general), pues yo comencé con el spirit tracks. Pero desde entonces me he dedicado a jugar todos los Zeldas que he podido (tanto en consola con los remakes como en emuladores) pues me enamore totalmente del juego, de su mundo, de su historia y sus personajes. Así que después de esta pequeña advertencia podemos comenzar.


“Breath of the wild” vendría traduciéndose como “aliento de lo salvaje” y no podrían haber escogido mejor título. Condensa perfectamente la esencia del juego. Este es un juego que nos pone en un mundo abierto como ningún Zelda lo había planteado antes, es un verdadero sandbox al estilo de GTA. Pero BOTW es más que eso; si son fans de Nintendo y en particular de la saga Zelda, conocerán la anécdota de infancia de Miyamoto cuando encontró una cueva y eso años después lo llevaría a imaginar el mundo de la leyenda de Zelda, imaginar al jugador como un caballero que vive aventuras por un mundo basto y épico. Ese es el espíritu que yo vi en este juego, un mundo enorme por explorar con miles de posibilidades y secretos por ahí.

Ya dije que BOTW no es el primero en darnos un mundo basto, pero la realidad es que si bien cuando jugamos ocarina o twilight princes por primera vez Hyrule nos parecía enorme (que tampoco era tan pequeño el mapa, vale) pero aqui hay un momento, al inicio de la historia, cuando despertamos en el primer templo sin saber qué coño pasa (porque quien ha jugado los anteriores juegos sabe que la historia siempre comienza con Link despertando en su casa o habitación, o sea que siempre, o casi siempre, sabe dónde está y que pasa) y literalmente desnudo, buscando la manera de salir de ahí y cuando al fin lo logras, sales a un entorno salvaje, lleno de naturaleza. Caminas un poco más y te topas con una pequeña colina que termina en un acantilado desde donde puedes ver lo basto del mundo y cuando digo basto es BASTO. No alcanzas a ver del todo los límites del mapa desde ahí y es más, aun en los puntos más altos del mapa y con los binoculares puestos, no alcanzas a ver el pedazo de mapa que tiene este juego. Te logra transmitir perfectamente esa sensación de inmensidad que te hace sentir minúsculo en comparación con tu entorno. El mapa merece una mención aparte.

La mayoría de los juegos de Zelda siempre tienen un subtítulo que hace referencia algún elemento de gran importancia dentro de la historia de ese juego. Aquí el mundo entero es el coprotagonista de Link. Este es un mundo VIVO, con un clima cambiante y que realmente te afecta en la jugabilidad. Si está lloviendo no puedes trepar las paredes pues te resbalas; si hay tormenta eléctrica debes tener cuidado de portar armas de metal pues atraen los rayos y conducen la electricidad. Esos son ejemplos respecto al clima, pero este mundo se nota vivo en todo sentido, los animales huyen a tu paso y tienen una AI bastante lograda pues ni los enemigos se sienten como robots; la yerba se mueve a tu paso y también con el viento. El apartado visual de este mundo es asombroso, mires donde mires la vista es maravillosa e imponente a partes iguales. El ciclo de día y noche no solo es una forma de hacer ver el paso del tiempo sino que debes tenerlo en cuenta para resolver ciertos puzles. El clima en cada región también es relevante para saber cómo avanzar, pues a diferencia de los Zelda anteriores donde más allá de ciertas ventajas, el comprar nuevas túnicas realmente no cambiaba mucho (excepto con los gorones que siempre viven en un volcán por lo que si necesitas algo para no quemarte vivo); en esta entrega si quieres ir a regiones frías o con nieve tienes que ir bien abrigado, en el desierto más te vale llevar ropa ligera y algo que puede protegerte de los rayos del sol. TODO en este mundo está ahí para recordarte que solo eres un ser minúsculo, en gran medida, a merced de la fuerza de la naturaleza.

Todo esto suena genial pero seguramente se estarán preguntando por la historia ¿Qué motiva a link esta vez? Y es aquí donde el juego flaquea un poco. Si son fans de la saga sabrán que prácticamente todas las entregas comienzan igual: link dormido, despierta y al poco se nos presenta la noticia de que somos los elegidos y debemos salvar a Hyrule (y a la princesa de paso). Siempre llegamos justo antes del desastre y nos toca a nosotros arreglarlo. Pero aquí llegamos tarde a la fiesta, 100 años para ser exactos; con una Hyrule fragmentada que ha seguido adelante sin nosotros, monstruos sueltos, Ganon atrapado en el castillo y Link convertido solo en un recuerdo lejano de una vieja leyenda. Debo admitir que por lo que vimos en los trailers yo esperaba otra cosa de la historia. Esperaba que por primera vez Zelda fuera un personaje jugable en serio (sé que en wind waker y spirit tracks podemos jugar junto a ella, pero el 95% del peso de la trama recae en Link), una entrega donde Link y Zelda son derrotados y ahora tienen que esconderse de Ganon hasta que recuperen las fuerzas y puedan intentar vencerlo. Por los trailers yo espraba poder acompañar a Zelda en la aventura y que la historia comenzara en el punto exacto donde Ganon toma el poder de Hyrule, pues siempre llegamos antes de que ocurra (y nuestro deber es evitarlo como en majora´s) o tiempo después cuando Ganon ya lo conquisto todo (y ahora debemos arreglarlo como en Ocarina), nunca hemos visto como Link es vencido por Ganon (ya que esto equivale al game over) y las consecuencias de esto. Me hubiera gustado que el juego explorara esta posibilidad: Link y Zelda son vencidos, Ganon toma el control del reino y ahora nuestros héroes deben escapar y esconderse hasta que puedan idea un nuevo plan mientras recorren Hyrule en busca de aliados.

Aquí debo citar a Dayo; en su análisis sobre BOTW inicia hablando sobre el peso de Zelda en la trama, el juego lleva su nombre pero, como dije antes, ella siempre aparece en el fondo. Los recuerdos de Link nos hablan sobre una princesa que debe cumplir un destino para el que no se siente preparada y se odia por no estar a la altura, mientras que su guardaespaldas (un caballero con talento innato para cumplir su misión) le recuerda constantemente el fracaso que es. Los recuerdos nos muestran un drama y una Zelda mucho más profunda en cuanto a personalidad se refiere, pero lamentablemente esto se pierde en la enormidad de Hyrule. Aunque sé que los Zelda tienden a darle prioridad a la jugabilidad más que a la trama (pues ninguna es especialmente compleja), Aonuma ya nos ha mostrado antes que puede darnos tramas interesantes usando la jugabilidad para contarlas. El hecho de que esta historia sea un mundo abierto probablemente tuvo que ver con que el drama de Zelda se redujera a recuerdos para no frenar la libertad del jugador, aunque también es cierto que nadie te dice exactamente dónde está y solo tienes las fotos en la tableta para guiarte hasta la ubicación de los recuerdos. La idea de este juego, más que seguir una trama lineal, lo que hacemos es “arqueología” o más bien investigación detectivesca. Y aquí es donde difiero con Dayo.


El hace una comparación con Dark souls (que por cierto esto ya es ridículo, dark souls tampoco es el santo grial ni todo puede ser comparado con el) refiriéndose a que tu motivación para avanzar en la historia de souls es que este mundo ha tenido mejores días y quieres de algún modo restaurar sus glorias pasadas (estilo Ocarina of time). Yo no estoy de acuerdo en primer lugar porque, ¿para que quieres salvar un mundo que está totalmente devastado como dark souls? Ya no hay nada que hacer por ese lugar, todos están condenados, además que la devastación lleva miles de años ¿qué te hace creer que tu podrás hacer algo? Su argumento para decir que no entiende nuestra motivación para salvar Hyrule (más allá de que somos el elegido) es que aquí todo es colorido y hay aldeas felices donde nadie se preocupa y bla, bla, bla. La cosa es que al menos para mí, la motivación es precisamente esa, proteger esa felicidad; Ganon lleva 100 años atrapado en el castillo gracias al esfuerzo de Zelda, pero es una bomba de tiempo, la princesa no podrá contenerlo para siempre. Y si todo el mundo se ve tan feliz en las aldeas es porque están muy lejos del castillo como para ver la influencia directa de la maldad sobre el reino. Además han pasado 100 años, ¡100 jodidos años! Es obvio que la vida iba a seguir adelante, no me digas que Londres sigue igual de devastado que el primer día después de que termino la segunda guerra mundial, ni Hiroshima o Nagasaki siguen igual que los días siguientes a las bombas. La vida sigue su curso y la naturaleza recupera territorio. Es ahí donde yo veo la falla con dark souls, ese mundo se ha quedado en una especie de éctasis de destrucción. Cuando Dayo compara BOTW con ocarina, nos dice que en la segunda la motivación viene de haber visto este lugar en mejores épocas y querer regresarle esa gloria pasada. Pero aquí sucede lo mismo. Ok tal vez no hay muerte y destrucción por doquier como en ocarina, pero eso es porque en este mundo Ganon está contenido dentro del castillo, por lo que obviamente no anda libre por ahí para causar daño. La motivación de Link aquí es parecida a la que tenía en majora´s mask; solo TÚ sabes que es lo que va a pasar, solo TÚ sabes la magnitud del peligro por lo que solo TÚ eres responsable por la seguridad y la vida de estas personas que ignoran totalmente lo que pasara. Sientes el peso del mundo en tus hombros al cargar con esa responsabilidad.

Al principio dije que cuando Link despierta Ganon, la princesa y el mismo se han convertido en una leyenda que ya solo los viejos recuerdan, pues precisamente por ello es que todo el mundo es tan feliz. Ok si hay monstruos y guardianes por ahí, pero ellos vienen a representar los peligros del día a día. Nuestro mundo igualmente es peligroso y violento (en mayor o menor medida dependiendo de dónde vivas) pero no por eso nos quedamos encerrados en nuestras casas muertos de miedo. No queda de otra más que seguir adelante. De hecho cuando llegas a las aldeas y empiezas a hablar con los habitantes, te das cuenta que los ancianos aún recuerdan el peligro que representa Ganon, pero como ya han pasado 100 años y el sigue “dormido” no creen que pueda volver, además ya están muy viejos para intentar luchar; mientras que los jóvenes y los niños te hablan del héroe elegido y la princesa como si fueran leyendas, personajes que murieron hace mucho y ya nadie espera su regreso. Link puede pasar como incognito en la mayoría de los pueblos porque todos lo daban por muerto hace mucho.

La mayoría de los que recuerdan el enorme peligro que representa Ganon o ya están muertos o ya son demasiado viejos. Los campeones han muerto (los héroes elegidos de cada tribu para vencer a Ganon) y la princesa está luchando por no quedarse sin fuerzas y lograr contener a Ganon hasta que link recupere la suficiente energía para vencerlo. Aquí es donde tengo que admitir que esta el punto más flaco de la historia: los campeones y sus tribus. El arco de cada tribu es un copy paste descarado. Los zoras son los únicos que tienen un arco medianamente desarrollado y que conecta a Link con su pasado. Lo admito totalmente, este es el zelda donde menos desarrollo tienen las tribus y los personajes secundarios, es un gran hueco que Miyamoto y Aonuma dejaron ahí.

Otro de los puntos que más critican de BOTW es a Ganon, que la batalla final es una cosa súper meh, que si la motivación de Ganon es estúpida, bueno que este Ganon es un villano insulso. Aquí si discrepo con esto; de nuevo a lo mejor esto es porque soy fan de la saga y le estoy buscando chichis a las hormigas PERO para mí, este Ganon tiene sentido. La queja va en cuanto a que Ganon ya ni siquiera es humano que solo es una bestia sin ningún propósito, pero la cosa es que si han seguido la saga sabran que Link, Zelda y Ganondorf son la reencarnación del héroe, la princesa y el villano; son algo así como el avatar, la misma esencia en diferentes cuerpos. Este es un punto  importante porque hay algunas teorías que dicen que la razón por la que Ganon ya no tiene una forma humana (como en las entregas anteriores) es porque este juego (aparentemente) se sitúa al final de la cronología (aunque Miyamoto se pasa por el forro de los cojones lo que a dicho sobre la cronología) por lo cual a reencarnado ya tantas veces a lo largo de la cronología del juego y ha perdido tantas y tantas veces que con cada nueva reencarnación va perdiendo un poco más de su humanidad pues cada batalla final tiene 2 fases y en la última Ganon entra en modo bestia como su último recurso para vencernos. Esta decisión es lo que termina consumiéndolo; con cada reencarnación, la bestia consume un poco más a Ganon, así que para este punto en la cronología ya no hay nada humano en él. Aquí, Ganon ya no quiere vencer a Link para gobernar Hyrule, directamente no tiene ningún plan, lo único que quiere es destruir todo a su paso, porque ya no es un ser racional, es una bestia llena de ira que solo quiere destruirlo todo. Es por ello que en este juego se le llama “el cataclismo”. No es un villano como tal, sino un desastre esperando a ocurrir.


Insisto en que a pesar de los obvios errores que se cometen en BOTW, la trama y todos los simbolismos que puede haber me hacen perdonarle mucho. Y si bien la trama es donde más flaquea, la decisión de crear un mundo abierto me parece algo tremendamente valiente de parte de Nintendo y que para bien o para mal viene a innovar dentro de su saga. Me parece que tal vez si se pasaron un poco con tanto 10 que recibió, no creo que sea un 10, pero es de los poquísimos juegos que tras más de 6 meses de haberlo terminado sigo jugándolo por los loles, por el gusto de pasarme el juego al 100%, por  descubrir cosas nuevas (y déjenme decirles que sigo encontrándolas, es increíble y me encanta) porque el mundo es ENORME y bellísimo. Es un juego que te mantiene con ganas de seguir jugando aun cuando lo has terminado, es un mundo abierto con mil posibilidades de jugabilidad, que esto es algo que menciono por encima pero las posibilidades del juego son infinitas y los límites dependen de que tan creativo seas. Me explico, los puzles de BOTW son diferentes a otros Zeldas en que en los segundos, te dan la misión y solo hay una forma de completarla; que sea rápido o no depende de tu habilidad. Pero en BOTW los límites en las posibles formas de resolver una misión los dicta tu imaginación; si buscan en youtube verán formas de resolver santuarios que no hay manera de que los programadores tuvieran en mente al diseñarlo, hay gente que se pasa los templos de las maneras más locas que se les ocurran y FUNCIONAN.

Aquí es un buen momento para hablar de la jugabilidad. Este Zelda se basa en la jugabilidad emergente, la improvisación. Así que si no eres un jugador que tienda a pensar fuera de la baja pues tal vez no lo aproveches al máximo. Este Hyrule es un campo de juegos para hacer lo que quieras y te puedes poner los retos más absurdos que se te ocurran que por dios que puedes intentarlo. Hay gente que se propuso matar a un centaleon sin ropa ni armas más que con una piedra y uno de los módulos de la tableta sheika. Este es otro aspecto que me parece genial es que los 4 módulos que nos dan al inicio del juego pueden ser todo lo que necesites si los usas bien (y de hecho hay un santuario que te lo demuestra con la prueba salvaje). Las posibilidades de juego son infinitas y si bien el combate no es precisamente muy pulido o sigiloso (y cuando ya tienes algo de experiencia hasta te parece sencillo) resulta divertido por bastante tiempo.

Como dije BOTW no es perfecto pero aun con todo me sigue gustando y tal vez tiene que ver con el hecho de que soy fan de la saga y mi corazón esperaba este juego como la segunda venida de cristo, pero me sigue pareciendo un juego redondo, con fallos (algunos importantes) pero en conjunto me sigue pareciendo bueno, entretenido y sobre todo innovador. No sé si este Zelda revolucionara todo el mundo de los videojuegos pero si ha logrado innovar dentro de su franquicia y revolucionar una de las sagas más influyentes e importantes en la historia de los videojuegos no me parece poca cosa.

Pues vaya que tenía cosas que decir, esto salió más largo de lo que pensé. ¿Ustedes que piensan de todo el hype y dieces que recibió BOTW? ¿Les parece merecido o no? Espero sus respuestas en los comentarios. 

viernes, 3 de noviembre de 2017

El eterno retorno

¿Recuerdan ese capítulo de los Simpson donde Homero se da cuenta que ya no está en la onda y recuerda lo que le dijo el abuelo cuando era joven?:

Cuando vi ese capítulo por primera vez tenía como 8-9 años, no entendí las implicaciones de aquel dialogo sino hasta ahora. Si ya sé que apenas tengo 22 y seguro están pensando “no mames Ren, si no estás vieja”, lo sé, pero precisamente por eso es que me descoloca tanto el sentirme fuera de onda con solo 22 años. Me explico, no ha notado que si ya pasan de cierta edad (regularmente los 20 años) como que ya no sabes que está de moda o aunque lo sepas ya directamente no lo entiendes/te parece estúpido. Y sé que puede parecer dramático sentirse un poco mal por esto, pero es que cuando lo piensas fríamente, te das cuenta de que ¡nos estamos convirtiendo en nuestros padres! Nos estamos convirtiendo en unos “ancianos” que nada les gusta y todo les molesta, porque no sé si se bran dado cuenta pero cada que leo los comentarios en alguna publicación sobre cartoon, películas, comics, música o videojuegos nuevos (o remakes) me encuentro con una gran cantidad de gente quejándose en plan hater “no! Esto apesta, ¿Cómo osan tocar mi infancia? Lo antiguo era mejor!” como que a todo el mundo le parece que solo lo que veían o les gustaba de niños era bueno y cualquier cosa nueva que saquen es puta mierda y los niños de ahora no saben nada de la vida. ¿No les suena familiar esa actitud? ¡Nos convertimos en aquello que juramos destruir! De seguro cuando éramos pubertos/adolescentes pensábamos “yo no seré igual de amargado de que mis papas/abuelos” ¿y que pasa ahora? nos hemos convertido en unos amargados a ojos de las nuevas generaciones.


Y si, ya sé que no todos somos así, pero la realidad es que en esta generación si es un poquis más notorio cuando alguien es nostalfag porque a diferencia de nuestros papás, nosotros tenemos internet y redes sociales con lo cual nuestras pendejadas se vuelven públicas, con lo cual mucha gente solo tira mierda porque cree que todo tiempo pasado fue mejor. ¿Se dan cuenta del patrón en esto? Cada generación hace lo mismo, siempre que la nueva generación es joven se siente muy contestataria, revolucionaria y con ganas de cambiar todo para no ser iguales a sus padres y abuelos. Y esto no solo va para los gustos en cuanto a cultura pop o entretenimiento sino incluso para su postura política y actitud ante los problemas sociales. Cada nueva generación llega según ellos a partir el queso, romper esquemas y no que tantas madres con ínfulas de revolucionarios, que al final terminan convirtiéndose en aquello que tanto “odiaban” y querían cambiar. Y a mí me da la impresión que esta especie de “eterno retorno” de las sociedades se debe a que no aprendemos realmente de nuestra historia, simplemente la vemos por encimita y decimos “¡qué barbaridad! Esto tiene que cambiar” y ya, nos lanzamos a intentar cambiar eso que decimos que no nos gusta pero en realidad no reflexionamos ni somos críticos sobre porque queremos cambiar eso o porque lo anterior no era positivo. No porque algo sea nuevo significa que sea bueno, si es un gran avance presentar algo nuevo/innovador pero no es suficiente, tenemos que ser críticos con la realidad y lo nuevo.

Y así como no todo lo nuevo es bueno o malo per se tampoco todo tiempo pasado fue mejor. Mucha gente tiene esa especie de obsesión con el pasado, porque sienten que fue mejor en todo sentido y eso tampoco es verdad. Tendemos a idealizar el pasado porque esta pasado por el filtro de la nostalgia que nos hace creer que el pasado fue puro amor y dulzura; nuestro cerebro tiende a usar la memoria selectiva para solo recordar lo bueno del pasado (a menos que hayas vivido algo negativo especialmente importante/doloroso) creando esa falsa ilusión de que el pasado fue maravilloso en comparación con el presente y sus problemas. Esta puede que sea la razón de porque se da este eterno retronó, por esta añoranza por ese pasado idealizado que nos hace creer que despreciemos lo nuevo o nos creamos que tenemos la verdad absoluta porque somos “mayores”. 

Estos aires de “superioridad” también son parte del problema, pues las generaciones mayores siempre tienden a tratar como idiotas a los más jóvenes con lo cual solo generamos ese sentimiento de cierto rencor hacia los mayores y desprecio por lo que ellos representan en cuanto a costumbres, creencias y gustos. Lo que genera esa actitud de rebeldía y de querer romper esquemas y demás cosas que se quedan en llamarada de petate porque como solo lo hacemos por llevar la contra sin reflexionar sobre nada de lo que hacemos o porque lo hacemos, no pasa de una “coyuntura” temporal que se apagara conforme esta generación vaya creciendo y el ciclo se repite eternamente.



Y para terminar de expresar mi hate por estas tonterías, aquí va un pequeño mensaje para mi generación: no niños, el que algunos revolucionarios (en todos los ámbitos) pertenezcan a nuestra generación no significa que la nuestra sea una generación especial. La mayoría de nosotros seremos del promedio y no, no todo tiempo pasado fue mejor, tu infancia no fue especial, no somos especiales, solo somos diferentes en cuanto a circunstancias sociopolíticas. Para los “mayores”: ustedes tampoco son especiales ni mejores que nosotros, ustedes también tuvieron sus llamaradas de petate (los hippies y el verano del 68 por ejemplo) y el ser millennial no nos vuelve automáticamente unos mecos, no todos estamos en las mismas circunstancias sociopolíticas y el estereotipo de millennial del que todo mundo se queja representa más a la clase media, media-alta de países “del primer mundo” (por llamarlos de algún modo). No son mejores y no son una autoridad moral para nada (nadie lo es) pues ustedes también tuvieron movimientos que si bien tenían alma igualmente dejaron que los devorara este monstruo de mil cabezas llamado individualismo posmoderno hasta dejarlos completamente secos y convertirlos en un producto comercial más.


Finalmente, si tienes menos de 18 años y estás leyendo esto, pues no me queda más que decirte que todo esto muy probablemente también te va a pasar a ti, es casi inevitable al crecer que las responsabilidades, la universidad o el trabajo y la vida adulta terminen absorbiéndote y te hagan olvidar que tu también fuiste joven y también sentiste que tú siempre serias joven y estarías “en onda”. Todos crecemos y/o crecerán, no hay nada que hacer sobre eso, pero si pueden ser críticos respecto de este “eterno retorno” que les menciono, tal vez a ustedes les caiga el 20 (o el insight) antes que a mí y puedan hacer las cosas distintas a nuestras generaciones para romper un poco con este ciclo (que parece eterno) de quejas y reproches hacia las nuevas generaciones.

Y bueno a todo esto, ¿ustedes que opinan? ¿Les parece que la humanidad está condenada a repetir ciclos o podemos romperlos? Espero sus respuestas en los comentarios. Me despido y nos leemos la próxima vez. 

domingo, 1 de octubre de 2017

Reseña/opinión de “oyasumi Punpun”

¿Por dónde carajos empiezo? Supongo que sería una buena idea comenzar citando a Dayo (del canal DayoScript) cuando recomendó esta historia: “me cago en todo, oyasumi, puto pun pun”. Oyasumi Punpun (buenas noches Punpun en español) es un manga slice of life que ha alcanzado el estatus de culto relativamente rápido. Trata sobre la vida y obra de Punpun Onodera, desde que es un niño hasta su adultez temprana, tan tan; es una premisa extremadamente sencilla, pero créanme que es tremendamente profundo y complejo por momentos. Esta historia trata sobre el vacío existencial, sobre la crisis de la juventud (aunque supongo que la juventud en general es una crisis), la crisis de peguntarse quién eres y para que estas aquí; sentir que no sabes qué hacer ni para dónde ir, básicamente estas en el vacío.


Pero vamos por partes que esto será largo. Primero lo práctico, el apartado estético del manga. ES HERMOSO, fin de la historia. Ya en serio, Inio Asano (el autor) dibuja de una manera tan hermosamente visceral que duele verlo. A pesar de ser un manga realista sobre la cotidianidad, por momentos Asano tira por lo surrealista o abstracto para mostrar emociones crudas y lo hace jodidamente bien. Sus representaciones sobre las emociones y estados psicológicos de Punpun son geniales y te trasmiten tanto con tan poco. Hay dos escenas en especial que me desarman; ambas muestran un cielo estrellado, la cosa más X del mundo, lo sé, pero tienen un significado e implicación tan profunda para la trama que me duele verlas de lo hermosas que me resultan.Este último punto es importante pues oyasumi Punpun es una historia que duele y puede doler mucho. Esto es porque si bien los problemas de Punpun mundanos el los ve como una hecatombe apocalíptica, como muchos de nosotros vemos nuestros problemas porque en ese momento para ti es el fin del mundo. Y si bien, Asano lleva a sus personajes al límite y la mayoría nunca llegaríamos a esos extremos si se darán cuenta a lo largo de la historia que en algún momento (dependiendo de cómo sean) ustedes han actuado así o han pensado de ese modo. Eso es lo que hace dolorosa la historia de Pun Pun, que te puedes reflejar perfectamente en él y en las situaciones que pasa. Pero déjenme advertirles algo, Punpun y compañía no reflejan actitudes y pensamientos precisamente agradables o nobles, todo lo contrario. Estas páginas están llenas de la más absoluta miseria humana, los comportamientos más egoístas y reprobables del ser humano. También hay momentos de luz, pero como en la vida real, solo son momentos, todo está lleno de claroscuros. 


La forma que tiene Asano de que te puedas identificar con Punpun es precisamente su diseño. Punpun es dibujado como un niño pájaro con una sábana encima (súper surrealista) al inicio y como un hombre con cabeza de pájaro conforme avanza la historia. Este diseño no es casualidad sino que es para que no lo veas como un personaje genérico más, además que sirve como avatar para que tú le des la apariencia real que quieras y de algún modo puedes auto insertarte en la historia. No solo Punpun tiene ese diseño tan particular, toda su familia es así. Los amigos de Punpun tampoco están ahí para relleno secundario. Todos tienen una razón de estar y muchas veces un pasado trágico.

Pun Pun y la depresión

Ok ahora si vamos a desmenuzar el argumento. Primeramente debo mencionar esto: oyasumi Punpun es de esas obras que o las amas o as odias, no hay medias tintas. No creo que sea un maga para todo el mundo, me atrevería a decir que incluso esta historia solo conecta de manera tan profunda como lo pretendía Asano, con personas que hayan recorrido una historia de vida particular, personas que alguna vez se hayan sentido como Punpun, vacíos, que su existencia no tiene sentido e incluso ya de plano que hayan pasado por una depresión. Por esto digo que las opiniones sobre Punpun están polarizadas.  De hecho en internet se van a encontrar varias críticas donde se quejan de que Asano hace depresiva la historia porque si, por que YOLO, porque puede; también se quejan de que el final es un sin sentido, que no tiene caso. Qué bueno, tienen un punto aquí, la historia es depresiva como la chingada, Asano no se tienta el corazón para hundir a sus personajes en la mierda, arrastrarlos por ella y cuando crees que ya no pueden caer más bajo, Asano saca una retroexcavadora y te demuestra que el hoyo puede ser aún más profundo y oscuro. Pero no creo que sea depresivo solo porque sí; en primero porque Pun Pun es un personaje deprimido y una persona deprimida no es racional, no actúa como debería y solo se deja arrastrar más y más por las tinieblas. Además y a pesar de lo depresiva que es la historia, el final me parece hasta esperanzador. Que si, es un final abierto y puede dar esa sensación de “¿tanto para esto?”, pero creo que es un buen final, uno congruente con todo lo que hemos visto.

Pero bueno, ya deben de estar preguntándose “a todo esto ¿de dónde sale tanta depresión?”, pues bueno básicamente del amor, o más bien, de la idealización del amor. Toda la historia de Punpun se gatilla a partir de que Punpun conoce a Aiko Tanaka (está loca HDP), la chica nueva en su salón, de la cual Punpun quedara completamente flechado desde el primer momento en que la ve y esto solo se acentúa cuando comienza a hablar con ella y se da cuenta que no es cualquier niña. Este último punto es la clave de todo. Aiko es vista como la perfección a ojos de Punpun, la idealiza de tal manera que ata su motivación de vida al hecho de estar con Aiko. Punpun durante gran parte de la historia solo vive para volver a encontrar a Aiko y resarcir sus errores del pasado, poderse redimir con ella.

Y Aiko tampoco es que este del todo bien de la cabeza, ella espera mucho de Punpun y por ello sale lastimada (al igual que el propio Punpun). Toda la depresión y el vacío existencial que exudan este manga surgen de esta idealización del otro, de su incapacidad para ver al otro como un ser humano con defectos y virtudes. Punpun se enamora de la idea que tiene de Aiko, de un ideal al cual se aferra como tabla de salvación para soportar la vida de mierda que le ha tocado vivir. Una familia disfuncional, con un padre ausente tanto física como mentalmente (y que parece que no le conectan muy bien los cables), una madre egoísta y joputa y un tío con una relación distante. Aunado a una serie de fracasos constantes en su vida personal que solo contribuyen a acrecentar la coraza psicológica que Punpun construye a su alrededor (y que se refleja en su apariencia física).

De hecho hay una escena en particular que me encanta respecto a esto de la coraza psicológica. Hay un punto donde literalmente Punpun esta tan ensimismado que su apariencia es la de una pirámide cuadrangular (es neta esto). Esta apariencia refleja su estado mental y su actitud, pues solo existe, respira y se mueve pero ya no está “vivo”. En este punto hay un personaje, que por circunstancias que no voy a contar pues sería spoiler, termina relacionándose con Punpun y lo ayuda a conformar un nuevo grupo de amigos; este personaje es Sachi, con quien más me identifique en toda la historia.

Y es aquí donde llega el momento de auto insertarme. Como varios sabrán por mis post anteriores, la preparatoria fue una época muy oscura en mi vida, deteste completamente casi el 80% del tiempo que estuve ahí, por esa época llegue a comportarme y pensar como Punpun en varios puntos de la historia, pero incluso más que con Punpun, me vi casi totalmente reflejada en Sachi, sobretodo en su relación con Punpun. Para que me entiendan tengo que explicarles que yo tengo un amigo desde hace años que se parece mucho más a Punpun en todos los aspectos y cuando vi cómo era la relación Punpun-Sachi vi nuestra relación reflejada en ellos. Sachi trata de sacar a Punpun de la mierda en la que esta y de hecho ella gatilla una de las escenas más hermosas y significativas del manga (la cual no detallare porque, de nuevo, es spoiler) la cual marca un punto de inflexión para Punpun, pues Sachi lo saca de saca (literalmente) de ese ensimismamiento. Otro punto de su relación es que gracias a Sachi, Punpun logra tener un poco de felicidad en su vida, pero la sombra de Aiko y las garras de la depresión le impiden seguir adelante y por más que Sachi intenta hacerle ver a Punpun que su comportamiento no es sano, no le ayuda en nada, que solo está mandado todo a la mierda con su actitud y alejando a todos los que lo quieren, Punpun no se deja ayudar y solo se hunde mas y mas en el abismo. Sachi se presenta como que intenta ser “la voz de la razón”, pero mientras más la conoces más te das cuenta de que es una egoísta y terca que tampoco está ayudando a Punpun de manera totalmente desinteresada sino más bien por orgullo. No me identifique con todas las actitudes de Sachi, pero si con la relación que lleva con Punpun, con su necedad en hacer ver a Punpun los problemas que le ha traído esa actitud que tiene y el no aceptar que tiene un problema. Su relación fue con lo que más me vi reflejada, yo como Sachi y mi amigo como Punpun.

Más allá de los aspectos depresivos, existencialistas y abstractos que trata el manga, esta es una historia sobre el proceso de crecer y madurar. Punpun cambia a causa de la vida, como todos, intenta buscar respuestas, como cualquier persona. Trata de enfrentarse a la crisis del primero mundo, que teniendo todas las necesidades básicas cubiertas, se sienten vacios, en especial los jóvenes, quienes se cuestionan el sentido de su vida y buscan respuestas; eso es lo que hace Punpun, busca respuestas en los lugares equivocados.  Si bien en la historia Punpun lleva todo al límite, los problemas que padecen sus personajes son reales, son problemas que cualquier persona que te topes por la calle podría tener y que si bien a lo mejor no es tu situación, eso no significa que no lo sea para miles de personas allá afuera.


El problema que mucha gente tiene con Punpun y su actitud es básicamente la misma razón por la que Shinji Ikari (de evangelion) se ha convertido en un chiste; a Shinji se le ha tildado de quejica, nenaza, inútil que no es capaz de hacerse cargo de su propia vida y de no poderse subir al puto robot. Básicamente la queja es que no es un héroe a la usanza del anime, que es débil y no está en completo control de sus emociones. Si lo piensan, esto es ridículo pues, tal como Asano lo hace con Punpun, Hideaki Anno creo evangelion bajo la premisa de que pasaría si ponemos a una persona real a pilotar un robot gigante arriesgando el pellejo y sintiendo los daños del robot en su propio cuerpo. Ambas historias tratan de llevar una situación realista al límite de sus consecuencias. Punpun es como un rey midas pero de la desgracia, todo lo que toca lo convierte en mierda y va dejando un rastro viscoso de miseria y depresión pro donde quiera que vaya.

Punpun está roto y si bien hay gente a su alrededor que se preocupa por él y quisiera ayudarlo, este rastro de dolor, miseria y depresión que lo rodea no les permite acercarse. A muchos les puede parecer que Punpun es patético, que solo le gusta recrearse en su mierda y no quiere realmente ayuda, pero la cuestión es que así es como se comporta una persona con depresión; no está así porque quiera y no se la pasa tirado por pereza sino por verdadero desgano por hacer cualquier cosa, incluso existir. Punpun arrastra una larga serie de cuestiones sin resolver en su vida, desde que es un niño, el intenta enfrentarse al mundo como puede, pero no sabe cómo manejar las cosas y eso lo lleva a intentar a toda costa ser “normal”, funcional y lo único que lo mantiene alejado del suicidio es la esperanza de volver a encontrar a Aiko ya que para él, solo a su lado es que su vida tendrá sentido al fin… ¿o no?



Como dije antes esta obra no es para todo el mundo, pero creo que vale la pena que todos le den un vistazo, si bien tal vez este manga no logre romperlos como lo ha hecho conmigo, tal vez si les pase (o paso) con una canción, una película, un libro, un poema. Todos tenemos puntos frágiles y este manga ha tocado los míos, con esto no quiero decir que la obra sea perfecta, tiene algunos problemas sobre todo en la segunda mitad pero no creo que sean tan importantes como para arruinar la historia. No lo considero una obra maestra ni mucho menos pero si puedo decir que impacto en mí como pocos mangas, es más, como pocas obras lo han hecho. Se los recomiendo ampliamente con las advertencias hechas antes; tiene un estilo visual precioso y extraño pro momentos, no conectara con todo el mundo y puede que Punpun les parezca un idiota, pero aun con todo, creo que todo el mundo debería darle una oportunidad, para poder decir, Buenas noches Punpun.

Esta vez no le daré una puntuación porque no se ni como calificar esto, así que júzguenlo ustedes. También les dejo algunos videos analizando la obra que me parecen bastante buenos, por si quieren echarles un ojo. Como siempre espero leerlos en los comentarios. Me despido y nos leemos la próxima vez.

viernes, 15 de septiembre de 2017

¿Vivan los héroes que nos dieron patria?

No les pasa que mientras más crecen, más se cuestionan cosas que creían de niños y a veces esas preguntas te llevan a decepcionarte con la vida. Bueno eso es algo que sucede mucho con la historia nacional y los héroes que nos dieron patria (o eso dicen). Y esperen, antes de que vengan acá con antorchas a lincharme por cuestionar el patriotismo (bajen los yelmos, que ya los estoy viendo cabrones) quiero aclararles que aquí yo no pienso entrar en polémicas del tipo “que si Porfirio Díaz fue lo mejor que nos pudo pasar, que Benito Juárez era un joputa vende patrias y bla, bla, bla” no, para eso hay historiadores serios y con muchos más estudios y credenciales para hablar sobre estos temas. Lo que quiero intentar con este post es simplemente dar mi opinión sobre los mitos que nos contamos y hablar un poco de mi postura ante el nacionalismo o ante la idea de morir por una bandera.

Y como sé que sin importar las explicaciones que dé, llegara algún subnormal a discutirme alguna pendejada porque no leyó lo que escribí ante… (Suspiro) comencemos.

Primeramente, hace un par de meses me topé con un video interesante que hablaba sobre literatura histórica y que se titulaba “mi problema con la historia” y ahí el Víctor (el dueño de canal) mencionaba que desde niño tenía este conflicto con la historia de no poder estar seguro de que eso paso así en realidad o incluso que paso en primer lugar. Me parece que su duda está bastante justificada ya que, la historia es una de las ciencias sociales más imperfectas por mil razones: porque no siempre se han llevado registros, porque las historia la escriben los ganadores, porque hay cosas que se perdieron en el camino; y la más importante: porque por más positivos y objetivos que intentemos ser respecto al tema, la realidad es que esto es sumamente complicado de lograr y más aún, la memoria humana no es una cámara que capta las cosas exactamente como pasaron. Nuestros recuerdos hasta del desayuno no son totalmente objetivos ni mucho menos exactos, todo está permeado de nuestra subjetividad, de nuestra perspectiva, nuestras ideas e incluso nuestra emotividad.

Al principio les preguntaba sobre esas decepciones que a veces se lleva uno al pensar de más cosas que creías fervientemente, como cuando te dabas cuenta que los reyes magos no existían. En estas fechas patrias es cuando más sale gente a decir que nada que celebrar que ni es cierto lo que nos contaron de niños y demás cosas que no están del todo erradas, pero estas historias sobre los héroes patrios (igual que algunas otras historias que nos contaron de niños) no solo son un plan maquiavélico del estado (que seamos honestos la mayoría no son de muchas luces como para planear eso) sino que también son parte de un mecanismo de sobrevivencia muy humano.

A propósito por estas fechas y los memes que surgen sobre las mismas; yo sigo varias páginas de ciencias sociales (tanto de humor como serias) y en una de ellas, a propósito de las memes de “chairos” uno de los admins menciono algunos trabajos de Yuval N. Harari, un historiador que menciona como los mitos nos permitieron crecer y avanzar como especie. El menciona que el homo sapiens logro destacarse sobre los otros homínidos gracias a la invención de los mitos. Somos seres sociales sí, pero la mayoría de los grupos de primates y homínidos no rebasaban los 150 miembros (de hecho hay antropólogos y psicólogos que mencionan que el número máximo de vínculos cercanos y reales que podemos mantener es 150), la manera para lograr fundar ciudades con cientos y después miles de personas, fue creando mitos que les dieran un sentido de unidad y pertenencia al grupo, a pesar de que (las más de las veces) nunca convivirán de manera cercana con todo el grupo.

Estos mitos pueden ser muchas cosas: religión, sistemas políticos, símbolos patrios, dinero, etc. todos estos mitos es lo que nos permite mantenernos unidos como pueblos y naciones, es lo que permite que gente tan diferente, que viva en dos países completamente distintos, puedan identificarse y trabajar juntos solo por pertenecer a la misma religión o ideología política. Los símbolos patrios y los héroes nacionales son justo eso, mitos. Si bien muchos de ellos si existieron o pasaron más o menos como nos lo cuentan, la realidad es que nos los adornan mucho para que suenen más heroicos, más audaces, mas como dioses y seres perfectos.

Si no me creen eso de que los mitos son tan fuertes, solo basta ver a los hijos de inmigrantes que se enrolan en los ejércitos de los países donde viven y van a la guerra a morir por esa patria que ni es de ellos, pero el sentido (y necesidad de pertenencia) los lleva a creer que si son lo sufrientemente patriotas como para morir por esa bandera, la gente de ese país los vera como iguales, pues han probado su valía. Ahí están los hijos de ilegales en USA. Los tratan como mierda allá, pero tienen más en común con ese país que con el país de origen de sus padres, así que en busca de ese sentido de pertenencia e identidad que necesitan desesperadamente (como todo ser humano), se enrolan en el ejército buscando pertenecer finalmente, probar que son dignos ciudadanos patriotas y que están dispuestos a morir por la bandera si es necesario para probarlo. Pero no es sino hasta que regresan de la guerra (si es que lo hacen) que se dan cuenta de la cruda realidad, ellos siguen siendo ilegales, apestados sociales que nadie quiere y al gobierno y gente de ese país les vale verga el sacrificio que hayan hecho. Y no crean que con sus soldados nacidos en suelo norteamericano es tan diferente; regresan mutilados, traumatizados e incapacitados de por vida solo para ganarse una medalla y una palmada en la espalda por haberlo hecho bien. La mayoría de los veteranos viven en condiciones infrahumanas de abandono total, llenos de heridas físicas y psicológicas que difícilmente podrán ser borradas y que muchas veces hacen imposible que se reintegren a la sociedad. Son olvidados, desechados cuando ya no son útiles; ¿realmente creen que al pueblo, nación o gobierno por el que supuestamente pelearon le importan una mierda? Más allá de su familia, sus nombres se perderán entre miles de soldados anónimos. ¿Dónde está tu bandera ahora?

Lo anterior es solo un ejemplo de un mito llevado al extremo. Un mito patriótico puede llevar a la unidad nacional ante situaciones de desastres, hambruna y muerte, pero también puede cegar a quienes creen en ellos y llevarlos a no ver las cosas de manera fría y objetiva cuando es necesario.

Los mitos en si no son buenos ni malos per se, tuvieron una función, dar unidad y a veces esperanza en momentos muy difíciles. El problema viene cuando idealizamos esos mitos hasta el punto de radicalizar nuestras ideas sobre ellos. Los mitos nos dieron avance y grandes civilizaciones, pero también han engendrado cosas como el terrorismo y el antisemitismo. Con esto no quiero decir que amar a tu país, a los símbolos patrios o a otro de los tantos mitos nacionales este mal; no les estoy diciendo que se desencanten con la vida y manden al carajo todo porque todo es un mito, NO. No me parece que el amor a tu país este mal o sea una forma de proto fascismo. El verdadero problema es que ese amor se convierta en una idea radical en plan “o estás conmigo o en mi contra”. En lo persona yo no creo en el nacionalismo ni en eso de morir por tu patria, pues seamos honestos, somos demasiados y una muerte solo se vuelve un número más en el mar de gente. Además no me parece que morir por un ideal o país realmente cambie algo, de nuevo eso es una idea radical, con la cual yo no comulgo.

Sobre mis ideas políticas, como ya les dije yo no creo en el patriotismo ciego ni en el nacionalismo. Sé que me van a llover críticas pro esto pero yo sí creo en eso de ser ciudadano del mundo. Creo que así como creamos todos nuestros mitos actuales podemos crear un nuevo mito, el mito de la HUMANIDAD. Entendiendo esto como que todos, más allá de nuestras pequeñas diferencias de color, religión, género, geografía o lo que sea, todos somos HUMANOS, pertenecemos a la misma especie, estamos trepados en esta bola de agua gigante flotando en la inmensidad del espacio; y eso debería ser suficiente para hermanarnos, para entender que todos necesitamos de todos y solo la unidad nos permitirá hacer frente a todos los problemas que se nos vienen encima. No me parece que sea tan necesario dejar atrás toda tu cultura, tradiciones y costumbres nacionales para poder asumirte y entenderte como parte de la humanidad. Aunque bueno, tampoco me parece que esto sea algo que vayamos a lograr en el corto plazo, es más, ni siquiera creo que yo lo vaya a ver, pero se vale soñar.

¿A que quiero llegar con toda esta verborrea? Pues a nada en concreto, solo quería hacer una pequeña reflexión sobre como la unidad y civilización humana depende de los mitos que nos contamos a nosotros mismos. Pero volviendo un poco a la cuestión del principio sobre el problema con la historia; pues la única conclusión que puedo sacar de esa desconfianza hacia la historia es que es válido. La historia no es perfecta y más allá de eso, todos estos “héroes y villanos” no eran más que seres humanos como tú y como yo, que si es cierto que vivieron momentos coyunturales e hicieron cosas extraordinarias pero no dejan de ser solo simples humanos con defectos y virtudes, con sus propias agendas e intereses políticos detrás de sus motivaciones para actuar. ¿O a poco neta creían que todos actuaron por puro y desinteresado amor a la patria? Y también creen que los reyes magos y el ratón Pérez existen (JA!)



Pero ya en serio, descubrir la verdad detrás de esas mentiras inocuas (y varias no tanto la verdad) que nos contaron de niños, no es motivo para volverse un amargado que odia a todos (como cuando de niño descubrías que los reyes no existían y de la pura decepción le ibas a joder la infancia a tu hermanito de 5 años, no mamen). Hay que entender que la mayoría de estos mitos (sobre todo los patrióticos) surgieron para unirnos, para darnos identidad y permitir que nuestras civilizaciones prosperaran hasta convertirse en la plaga que son hoy…okno. Ya en serio, el ser humano necesita de los mitos, de historias que nos den unidad, nombre y seguridad, no son tan maquiavélicos como pensamos, pero el fanatismo en la devoción hacia ellos, si puede ser muy peligroso. Ser crítico y sospechar un poco de la historia es una postura más prudente; solo no se pasen y empiecen a ver moros con tranchetes en todos lados ¿ok?

Bueno, pues feliz 15 de septiembre (xD) espero no amargarles mucho la fiesta con mis reflexiones sobre el patriotismo y todas estas cosas que nos contaron desde niños. Ustedes que opinan del patriotismo, de la historia y los héroes nacionales, me gustaría leer sus respuestas en los comentarios. Me despido y nos leemos la próxima vez. 

sábado, 2 de septiembre de 2017

Los libros que marcaron mi vida

Todos lo saben, soy una lectora apasionada y voraz desde chica así que es inevitable que entre tantas y tantas lecturas, haya alguna que marcara mi vida de alguna forma. Hoy voy a contarles un poco sobre 3 libros que me han marcado de algún modo. Se los presentare en orden cronológico (o al menos como creo recordar que los leí) así que comencemos.

"El mundo de Sofía" de Jostein Gaarder


Este libro me marco en un sentido menos emocional que los dos siguientes, pero tal vez si más profundo en mi vida y forma de ver el mundo. Leí este libro cuando estaba en la prepa, en una de las etapas más oscuras y mierda de mi vida. Lo leí para la clase de filosofía, una de las mejores materias que curse en mi vida con uno de los mejores maestros y también uno de los que más llegaron a influir en mí. Este libro trata sobre Sofía una chica que comienza a recibir cartas misteriosas referidas a cuestiones filosóficas y es así como la novela nos lleva por un recorrido (muy superficial y light si quieren) por la historia de la filosofía desde los pre-socráticos hasta nuestros días. 

Este libro me mostró todo un nuevo mundo; me explico, desde que era niña me he hecho todo tipo de preguntas sobre el mundo, al punto que de que una de las primeras respuestas que di cuando me preguntaron que quería ser de grande fue “científica” pues yo sabía que un científico era quien buscaba respuestas y generaba conocimiento. Conforme crecí me di cuenta que las ciencias exactas (como la física, química y matemáticas) no me darían las respuestas que buscaba pues mis preguntas iban más relacionadas a nuestro comportamiento como especie ¿Por qué hay religiones? ¿Por qué son tantas? ¿Por qué hablamos diferentes idiomas? ¿Cómo se inició la escritura, la cultura, etc.? Y fue gracias a este libro (y a las clases del profe Rubén) que supe lo que eran las ciencias sociales, las cuales al parecer, si podían responder mis preguntas. Gracias a esta novela comencé a leer más sobre diversos pensadores (de varios no entendí una puta mierda y a la fecha aún no los entiendo del todo), me interese en la filosofía al punto de que considere estudiar filosofía (hasta que me di cuenta de que no quería morirme de hambre) y finalmente termine estudiando psicología pues me parecía que ahí estaban las respuestas que buscaba. 

Todo esto inicio con la lectura de este simple libro a los 16 años (incluso probablemente si no hubiera leído ese libro no estaría aquí hoy escribiendo este blog) me marco e influencio en mi modo de pensar, en mi manera de cuestionarme todo lo que pueda y seguir buscando respuestas sobre nuestro comportamiento como individuos y como sociedad. Este libro ayudo a conformarme como persona en cuento mi forma de pensar y actuar; puede que no sea el más denso o extenso sobre el tema, pero fue el germen de todo lo que vino después, y solo por eso le guardo mucho cariño.

"Los años de peregrinación del chico sin color" de Haruki Murakami 


Este libro fue los primeros que me compre con mi dinero y también fue el primero que leí del que después se convertiría en mi autor favorito. Este libro me marco a un nivel emocional un poco complicado de explicar. Este libro marco el inicio de mi frenesí de lectura actual y también me abrió los ojos a todo un nuevo mundo de autores más adultos, pero sobre todo me marco (y también es lo que lo convirtió en mi libro favorito) por la profunda identificación que logre con Tzukuru (el protagonista). De hecho hay pasajes en este libro donde pensaba “pero es que esto lo he escrito yo”; nunca había me había sentido tan identificada con una historia, al punto de que sentía como si algunas cosas las hubiera escrito yo.

La prosa de Murakami me encanta porque es capaz de poner en palabras esa extraña sensación como de ser extranjero en tu propia tierra, de no encajar del todo, que he tenido gran parte de mi vida. La historia gira en torno a Tzukuru Tazaki quien tras perder a su grupo de amigos (sin que le den una razón aparente) empieza a cuestionarse toda su existencia y sus recuerdos sobre sus amigos, en busca de una respuesta para esa separación tan abrupta. La cuestión es que el título del libro viene (en parte) porque todos los amigos de Tzukuru, al igual que muchas personas importantes en su vida, tenían un color en su nombre (en japonés los kanjis pueden leerse de dos formas y pueden significar cosas distintas) mientras que el no (su nombre significa construir), así que esto lo hace sentir fuera de lugar muchas veces. Estos simbolismos que Murakami usa en gran parte de la historia, son lo que me atrapo y cada vez que vuelvo a leer algún pasaje me llena de una sensación que me es un tanto difícil de explicar, por lo cual los invito a leerlo para entender de qué hablo.

"Tokio blues" de Haruki Murakami


Este libro tiene una historia curiosa sobre como llego a mí. La primera vez que lo vi fue como a los 14-15 (por aquellos años Murakami empezaba a hacer ruido por acá), leí la sinopsis y no me llamo la atención; no fue sino hasta los 19 que lo leí y que bueno que fue así porque estoy segura que si lo hubiera leído antes no habría tenido el impacto que tuvo en mí.

La historia trata sobre Toru Watanabe, un hombre en sus treintas que al llegar al aeropuerto de Berlín escucha la canción Norewian Wood (ese es el subtítulo del libro) de los Beatles y esta los trasporta hasta su época de estudiante, a su mejor amigo que se suicidó, a la novia de este (con quien termina entablando una “relacion”) y a Midori, una chica muy estrafalaria que conoció en la universidad. A partir de ahí, Toru nos ira contando sus recuerdos de aquellos años y cómo fue que las decisiones que tomo entonces lo llevaron a estar en Berlín en el presente.

Esta novela me toco especialmente porque yo viví la muerte de dos amigos entre los 15 y 16 años, ambos en accidentes trágicos y traumáticos. La novela gira en torno a la vida después de la perdida de alguien importante; en este caso Mizuki, amigo de Toru, quien decidió suicidarse sin decir nada, sin dejar ni una nota o una carta, nada, simplemente se fue. Dejando atrás a su novia Naoko, junto a quien Toru intenta seguir adelante y deponerse de aquella perdida. La cuestión con este libro es que, al igual que al anterior, me vi muy reflejada en algunos de los pasajes, sobre todo en lo relacionado con ese cierto miedo a crecer que Toru siente. Incluso hay una parte donde menciona que en el cumpleaños de Naoko a él le parecía lo más natural vivir eternamente en una especie de limbo entre los 18-19, pero no, Naoko cumplió 20 y ahora debían vivir con las consecuencias de seguir vivos.

Esta novela fue una especie de catarsis respecto de ese duelo pendiente con la muerte de mis amigos, llore mucho a lo largo de la lectura porque toco fibras muy sensibles en mí y me ayudo de algún modo a dejar de culparme por sus muertes. Me explico: varios amigos y yo, los habíamos visto unas horas antes del accidente así que de algún modo nos sentíamos un poco mal porque creíamos que podíamos haber hecho algo para evitar sus muertes. Tras leer Tokio blues y verme reflejada en Toru deje de culparme por eso; fueron sus decisiones y nosotros no teníamos control sobre eso. Probablemente este no sea el mejor libro de Murakami, pero tiene un significado emocional muy especial para mí.

Y pues bueno, vaya viaje; estos han sido todos los libros que me han marcado ya no solo como lectora sino en mi vida en general. Sé que es una lista pequeña pero es que no suelo identificarme tan profundamente con los libros o sus personajes. Libros favoritos tengo varios, pero que me hayan marcado creo que de momento solo han sido estos 3. ¿Y ustedes? ¿Hay algún libro que los haya marcado? Espero sus respuestas en los comentarios. Me despido y nos leemos la próxima vez.